mi querida ánima,
y el encogido cuerpo que mora,
desabrigada se revuelca
buscando la ventana
bajo la delicada sábana que la noche,
en un sueño,
ha envuelto.
en la orilla de mi mente
junto al río de las ideas
yace ahí la manito vacía
que sin aliento me pide sosiego
en noches de penumbroso descanso.
Diario de Laboratorio, día 37
4 years ago
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