anoche el mar me gritó por la nariz que su amante el cielo estaba triste estaba gris porque su hija la tierra está a punto de morir. por eso terminé de dormir bajo tierra, para llevarle un par de pastillas para el dolor de cabeza, y asi hacerla vivir en mí.
amaneció y viaje a la
universidad. mas me gusta huir a diario de la
ciudad y llegar a gritar a mi casa, acá el
sol es más bienvenido porque las engreídas
nubes prefieren los espejos citadinos sin luz. que sería de mi ventana sin ese generoso resplandor, que sería de mi. lo más probable es que mi casa terminaría escondida bajo
tierra tratando de buscar la luz al otro lado del universo, y hallar la vida que las nubes le han arrebatado.
hay un
pequeño detalle. son los años grises los que crean
mares sin fondo y noches que tragan
hondo. por eso el odio es más viciado, pues ama apagar las luces en seres que juran no poseer sentido ni modo.
igual, días con sueños son más cuerdos que los días sin ellos.