Sunday, October 11, 2009

hacia dentro-

Me resvalo entre el hidrógeno del día, tragándome cada gota que cae desde el cúmulo vapor de las nubes. Paso a paso, el sol revela su planetaria energía; plena invasora recorre la piel iluminando lo más hondo de mis huesos. La mente emprende un vuelo espléndido y profundo hacia el núcleo de mi vida, y desde ahí contempla la ambivalencia del mar: calmo y atronador; amplio, recogido y helado. Cada una de mis células se estremecen al oír y al sentir lo que el océano canta, perfecta expresión de la esencia, vida inerte libre del peso material; en aquél descanso, la fascinación escala a la vista, viendo más allá de los sentidos: es la mente en el tiempo, que se sale y corriendo mira hacia atrás y plasmándolo todo en el alma, dice: siempre se ha estado y siempre se ha de estar.