porqué no cojer mis ojos y rebentarlos antes de la metamorfosis por que igual se grita y se corre, se esconde el reloj de alicia marcaba las trece y a mi no me queda hígado para amarte.
cuando yo era niño mataba caracoles con sal luego los llevaba al mar a ver si resusitaban, como en el cuento; ahora me dio por salvar a los bichos de la piscina.
Mastica tu propia encía, víbora endemoniada; sin suerte te vas a pudrir. Ojalá se te revienten las arterias de egocentrismo y se te acaben los ventrículos de amistad, no seas cobarde y que te duela hasta el endotelio. Te voy a cambiar esos felices pulmones por envenenados bronquios de soledad llenos de aurículas color ébano. Te faltaron lóbulos, cierto?; a los traidores solo los perdona dios.