Thursday, September 15, 2011

la luz de jesús


Siempre que me maravillo mis ojos son envueltos por árboles desabrigados
urgiendo el visceral tronco, frías ramas, la umbría
extraviando la oculta vista.

Como recorrer en círculos un mismo bosque,
o contar piedras
frente al mar.



No intento estafar:
aquellos Árboles
aquel mar
son la luz que me revela,
invisible evidencia de la médula
mi más honesta identidad.

Ante tí: mi húmeda córnea.
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Escucho violonchelos
es el corazón: se parte y reparte,
la fina mano del destino
y mi humilde condición humana.