el grito afilado de un ave ha enfriado mis luces un día más, sudando cristales de tristeza mi silueta colmada se recuesta en cada instante. el ave responde como eco de pánico y habita en silencio bajo la sombra de mi espalda, que se mantiene en profundo sosiego como presa y depredador.
Diario de Laboratorio, día 37
4 years ago