en las nubes de la cima
absorto en mis anhelos
asciendo suave,
sostenido y ligero,
como el descanso que se alcanza
sobre el velo de los suspiros.
pero la sombra de las dudas
que enfrían mi espalda
me desarman en fracciones
y vuelvo a ser la lluvia
que me arruina los ojos
y me arruina los días.