no sé quién eres ni cómo te llamas ni qué es lo que te gusta, no sé a que hueles ni como hablas, no sé si ya te conosco o si te veré por primera vez. sólo sé que acá te voy a estar esperando, te lo juro.
se llega helado y al tiempo te derrite, te hace miel que no llora y sonrie con cinco miedos. fue cosa de ocho mas nueve segundos emparejados de minutos en aire y divorciados de diez horas para que te clavaran un puñal glaciar y sin más apuro que columpiarte a ti mismo saltaste y seguiste observando, porque no eres ni te haces el ciego.-